Araceli Mancilla Zayas
 

Girasoles

zumban insectos en medio 

de un campo de girasoles


 

algún animal

posiblemente una rata 

se apresura ante mi peso 

cuando cae con suavidad

sobre las altas hierbas 


 

no me encuentran:

con los brazos abiertos

de cara al cielo

en lo profundo del terreno

he tendido mi cuerpo de niña


 

cierro los ojos para absorber

la plenitud del sol


 

no demasiado lejos

sobre la banqueta 

escucho pasos

correría de gente

voces que juegan


 

lote baldío 

oloroso a humedad

a revoltijo de hojas

y basura:


 

de cara negra

rodela amarilla

tallos largos y peludos

los girasoles cercan

con lealtad infranqueable

el solaz de mi refugio.


 


 

            Lorena Aviña
 

Pienso en tu muerte como un milagro de vida 

me alivia saber que tu voz no está para pesarme en los hombros 

porque no habría aguantado más tiempo 

de eso

de ti 

en general


 

temo al pensar 

en que me alegra que hayas muerto

¿cómo decirlo aquí?

puedo hablar del cambio que sufre la piedra cuando el río la erosiona

o decir que la mariposa muere cuando sale del capullo


 

pero sólo estamos tú y yo

así que seré directa


 

el mundo sí es más hermoso desde que te fuiste 

tal vez porque ahora siento que rodeas todo 

y puedo hablarte en cualquier lugar

tal vez porque ya no tengo que verte 

como la condena que creías que merecía


 

Mamá, gracias por haberte muerto

es la única forma que tengo para decirte que te amo. 


 

Mónica Hernández

Ebullición de pájaros

I

Observo dos luces minúsculas entre la selva,

al pie de la carretera nocturna.


 

Una casa azul 

cubierta de plumas 

volando entre orquídeas y estrellas.


 

Dentro, 

tal vez, 

dos personas comparten una taza de café, 

se desvisten para tomar un baño caliente, 

y observan un programa de televisión 

sobre aves paseriformes.



 

II

Soy la falla visible desde una ventana sin cristales.

Territorio vacío que es casa de insectos ponzoñosos,

un pájaro que se detiene sólo un instante

y continúa su vuelo.


 

III

Escuchar la selva 

es también escuchar The Flaming Lips. 


 

El viento que rompe en el vidrio frío,

hojas trituradas por hule gastado, 

gotas de lluvia que lastiman la piel, 


 

anécdotas capitales:

Él es feliz.

Ella rejuveneció. 

La neblina recubre los sonidos de huecos. 

El canto de los pájaros es estúpido.